El horrible monstruo al que le encanta leer
Lili Chartrand
Uno de mis cuentos favoritos, en el que no sólo te divierte con una historia de monstruos, si no que también fomenta la lectura y la motivación.
Cuenta la historia de un horrible monstruo cuyo trabajo consistía en ahuyentar a los intrusos que se adentraban en el bosque con un terrible alarido.
Una tarde, el horrible monstruo se aburría detrás de su roble, cuando vio a una niña sentada en una roca con un libro. El horrible monstruo, al verla dio un terrible alarido, pero la niña seguía sumergida en su lectura, cautivada por la historia. Entonces el monstruo enfadado volvió a emitir un alarido más fuerte aún, la niña tuvo tanto miedo que salio corriendo dejando su libro en el suelo.
El monstruo se reía a carcajadas pero a la vez, estaba furioso porque era la primera vez que tenía que gritar dos veces para ahuyentar a un intruso.
Recogió el libro, y comenzó a pasar lentamente las páginas, asombrado por las ilustraciones, pero el horrible monstruo no sabía leer. De repente apareció la Abuela Dragona y quiso ayudarle, ella le enseñaría a leer. El monstruo hechizado por el libro de la niña, comenzó sus clases con la Abuela Dragona y enseguida comenzó a leer.
Descubrió un mundo fantástico dentro de los libros, historias fascinantes envueltas de misterio e intriga, no paraba de leer, ya no asustaba a los intrusos, sólo se dedicaba a leer e imaginarse sus historias.
Un día fue convocado por el Consejo de Monstruos, ya no hacía su trabajo por lo que quedo expulsado. La Abuela Dragona quiso ir a ver al horrible monstruo, se le imaginaba triste y llorando, pero no fue así, se encontró al horrible monstruo leyendo un libro, y Abuela Dragona quedo emocionada.
A la mañana siguiente apareció el monstruo de dos cabezas queriendo que el horrible monstruo le leyera un libro, al día siguiente apareció el monstruo purulento y así los días siguiente, cada vez con mas monstruos sumergidos en las historias que contaba el horrible monstruo.
Finalmente, apareció el jefe del Consejo de los Monstruos y quedo emocionado al escuchar las historias que contaba el horrible monstruo.
Desde aquel día, los monstruos tienen la cabeza tan llena de bellas imágenes y maravillosas historias que olvidan hacer su trabajo. Están siempre en las nubes, soñando con bellas princesas salvadas por valientes monstruos...eh! ¡perdón! por valientes caballeros.
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